Una vez le preguntaron a Lewis Hine, un
fotógrafo de guerra, porque había elegido esa profesión, el contesto que si
pudiese contar con palabras todo lo que veía no necesitaría cargar todo el día
con una cámara de fotos, que ciertos momentos de belleza, de desolación, de
horror y de heroísmo estaban más allá de las palabras. Yo también lo creo, hay
cosas que no podemos explicar con simples palabras, cosas como seguir vivos,
sentimientos como el amor y el compromiso, o sensaciones como volver a abrazar
a un amigo. Por eso quizá nuestra vida se compone de imágenes, momentos
congelados en el tiempo para siempre, de decisiones que cambian sin remedio el
rumbo de las cosas, de fotografías fijas grabadas en la memoria que nos
recuerdan cada segundo lo hermoso que es vivir
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